¿QUE NOS APORTAN LAS HABAS?

Tue, 19/05/2015 - 00:00
Nutrición y Dietética

Las habas son legumbres de vaina gruesa y semillas planas de extremos redondeados. Son harinosas y tienen un sabor fuerte. A veces  se consumen crudas, sin la gruesa piel exterior, que tiene un alto contenido en taninos que dan sabor amargo y áspero.

 

A nivel nutricional, las habas tiernas contienen una considerable proporción de proteínas de alta calidad biológica sobre el 5,6%, como el resto de legumbres. Los carbohidratos son de lenta absorción en forma de almidón sobre 7,5%. El contenido graso es muy bajo, sobre el  0,6%.

 

Estas proporciones entre los macronutrientes, hacen que sea una legumbre muy saciante, nutritiva y de bajo contenido en calorías ideal para los que están a dieta.

 

Entre sus vitaminas destacamos la vitamina B1, necesaria para convertir los carbohidratos en energía; los folatos, para evitar problemas de anemia y problemas gastrointestinales; y la vitamina C, poderoso antioxidante.

 

A nivel de minerales, el más abundante es el hierro en forma no hemo. Como en el resto de vegetales, su absorción se debe potenciar con la presencia de vitamina C. En el caso de las habas, estas  ya contienen vitamina C, aun así, recomendamos enriquecer el plato con alimentos con vitamina C como es el  pimiento, gotitas de limón, kiwi de postre…

 

El índice glicémico de las habas es muy bajo, siendo muy recomendable a las personas con diabetes o las que quieran cuidar sus niveles de azúcar en sangre.

 

Las personas con el estómago delicado, por su contenido en fibra y proteína, deben tomarlas bien cocidas, ya que consumidas en crudo les resultarían muy indigestas.

 

Las habas se recomiendan: en casos de anemia, durante el embarazo, la lactancia, la adolescencia, deportistas, convalecencias, enfermedades infecciosas o de intervenciones quirúrgicas…

 

Comiéndolas en forma de plato único, junto con cereales (arroz, trigo, sarraceno, mijo…) o con algún trocito de proteína animal tipo conejo, pollo, sepia, etc… Ingeriremos todos los nutrientes necesarios y en las proporciones adecuadas de una comida equilibrada y completa.

 

¿Cómo comerlas?

 

  • Crudas: Cuando son muy tiernas, conviene deshacer la piel que puede causar flatulencias y trastornos digestivos. Mezcladas en la ensalada.
  • Cocidas: es la mejor forma de cocinarlas. El calor y el agua inactivan las pequeñas cantidades de toxinas que pudieran contener. Un hervor corto o una cocción al vapor son más que suficientes para destruir cualquier toxina y hacerlas perfectamente digeribles. Cocidas con verduritas y cereales o trocitos de carne o pescado y hierbas aromáticas.
  • Secas: el desecado es el proceso tradicional para conservarlas, aunque con él se pierden una buena parte de su riqueza vitamínica (no mineral). Las habas secas requieren un tiempo de cocción bastante prolongado.

 

En España son típicas las habas a la cazuela y en Italia se usan para preparar un plato de cebolla y bacon. En Oriente Próximo se comen en forma de puré, buñuelos o ensalada.

 

 

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